¿Afecta realmente la altura a la capacidad deportiva del atleta?
¿Afecta realmente la altura?. Posiblemente en algún momento escuchaste hablar de como los equipos y selecciones nacionales que acuden a disputar partidos de fútbol a la ciudad de La Paz (Bolivia), no están acostumbrados y que los equipos locales suelen sacar partido de la altitud de esta ciudad.
¿Cómo afecta el rendimiento deportivo la altura?
A rasgos generales, podemos decir que la altura influye en factores tan importantes como la presión arterial, la capacidad anaeróbica y de recuperación, el oxígeno que respiramos… Factores de suma importancia a la hora de optimizar nuestro rendimiento deportivo.
El principal problema al que se enfrentan los deportistas foráneos, es que no disponen de tiempo suficiente para aclimatarse a este nuevo escenario, por lo que su organismo no puede adaptarse a los nuevos requerimientos fisiológicos provocados por el cambio de altitud.
El primer cambio con el que se encuentra nuestro organismo con el cambio de altitud, es la saturación de oxígeno.
Ejemplo:
A nivel del mar, la presión atmosférica es de 760 mm de Hg y la presión del aire atmosférico de 159 mm de Hg. Esto provoca una saturación de oxígeno de aproximadamente un 97%. Si ascendemos hasta una altura de unos 3.000 metros sobre el nivel del mar, la presión atmosférica desciende hasta los 526 mm de Hg y la del aire atmosférico lo hace hasta los 75 mm de Hg. Como consecuencia, la saturación del oxígeno en nuestro organismo cae hasta un 90% aproximadamente.
Es decir, cuanto mayor sea la altura a la que nos encontremos, más descenderán la presión atmosférica y la presión del aire atmosférico, más bajará la saturación de oxígeno en nuestro organismo y más nos costará respirar, por lo que el rendimiento deportivo se verá considerablemente mermado.
Otro ejemplo ilustrativo pueden ser las expediciones a grandes montañas, las cuales tardan varios días, e incluso semanas, en completar una ascensión debido a que deben ir aclimatándose al ascenso poco a poco.
Si bien actualmente los expertos no se ponen de acuerdo en la clasificación de los “intervalos”, podríamos encontrar la siguiente clasificación en función de los intervalos de alturas para citar algunas de las mejoras “obtenibles” a través del entrenamiento en altura con relación al rendimiento deportivo:
Bajas alturas
Estaríamos hablando de entrenar en una altura comprendida entre los 800 y los 1.000 metros sobre el nivel del mar. Tanto en reposo como con la realización de un ejercicio físico moderado, apenas vamos a encontrar variaciones significativas. Empezaremos a observas intentos de nuestro cuerpo por adaptarse a la nueva situación e intentar neutralizar la disminución de la presión atmosférica cuando la carga de trabajo sea muy grande.
Alturas medias
Aquí nos encontraríamos ya en una altura comprendida entre los 1.000 y los 2.500 metros de altura sobre el nivel del mar. En condiciones de reposo, continuaremos sin notar cambios ante la insuficiencia de oxígeno, pero sí que los notaremos ya con una carga moderada de trabajo.
Grandes alturas
Son aquellas que se encuentran por encima de los 2.500 metros sobre el nivel del mar. A esta altura, incluso en condiciones de reposo, ya serán visibles cambios de tipo funcional como consecuencia de la insuficiencia de oxígeno.
Para poder observar cambios adaptativos por parte nuestro organismo, lo ideal sería disponer de unos 10-12 días para poder realizar entrenamientos adaptativos previos a la competición, con el fin de minimizar la pérdida de rendimiento provocada por la altura.