Rinson López el colombiano que jugó en El Nacional, reveló detalles de su adulteración de documentos
Rinson López el colombiano que jugó en El Nacional (22 de octubre de 1987) el primer extranjero en jugar en El Nacional, tiene las manos envejecidas y la mirada noble. Heredó su nombre de su padre, pero sus cercanos lo conocen como Michael. El señalamiento público que recibió el pasado mes de diciembre, pareciera ser solo una caricia, con relación a las asperezas que ha soportado durante la mayor parte de su vida.
Persistente, mutó de la burla de sus compañeros, por su torpeza con el balón, en el equipo formativo ‘Real Madrid de Cali’, al salto profesional. Una vía que había extraviado y que reencontró mientras pregonaba como vendedor de periódico por las calles de Quito, Ecuador.
“Nos llevaron engañados, como a 35 jugadores del ‘Real Madrid de Cali’. Supuestamente, allá nos iban a firmar contratos, pero cuando llegamos, nos pusieron a jugar en un torneo barrial. La mayoría se devolvieron. Solo quedamos cuatro jugadores. Yo dije, ‘a qué me devuelvo a Cali’. Tenía que rebuscármela, porque les tenía que enviar dinero a mi esposa y mi hija, que estaba recién nacida. Entonces, me puse a vender periódico”, reconstruyó López.
Caleño, criado en el barrio Charco Azul del Distrito de Aguablanca. El trabajar al destajo, infatigable, recorriendo las calles, fue su única elección. «Trabajaba como vendedor de limones por todo Cali. Mi mamá se fue para Panamá, y mi padre está en las drogas, pero se la rebuscaba para conseguirme los guayos».
Y por unos guayos, se frustró su posibilidad de jugar con Millonarios. “Estaba a prueba, entrenando con unos guayos rotos, entonces, vi unos guayos cerca de la cancha y me los puse; entrené con ellos y el profesor Nilton Bernal me dijo que yo me los había robado. Por eso no volví al equipo. Regresé a Cali y me puse a trabajar construcción, llegaba a la casa con las manos molidas”.
Entonces, ir a Ecuador surgió como un manantial en el desierto. López convirtió la adversidad en la inesperada oportunidad para proyectar su vida. El ardid con el que rompió la historia del Nacional ecuatoriano durante los 53 años de fundación del club vedado para los extranjeros, le permitió recorrer con serenidad las calles de Quito como vendedor de periódico y jugar al fútbol profesional durante algo más de 8 años.
Luego de ser descubierto, siente que se quitó un enorme peso. “Por un lado me hicieron un bien, porque cuando me pegaban, no podía decir las palabras usuales en los colombianos. Fue duro estar durante tantos años siendo quien no soy. A veces me tocaba fingir el acento ecuatoriano, pero la mayor parte del tiempo, procuraba hablar poco”.
Rinson López, ahora, está tocando las puertas de los diferentes clubes profesionales de Cali. Tiene dos hijas, de 10 años y 8 meses. El lateral derecho ya reconocido como colombiano, también considera que, “me hicieron un daño, porque en Ecuador, la mayoría tienen su ‘chancuco’. En todo el mundo hay ‘chancuco’”, asegura.
¿Cómo se dio el cambio de nacionalidad? «Yo ya estaba resignado a no jugar fútbol. Apareció una persona que nos hizo los papeles como ecuatorianos, para poder trabajar. Fueron cerca de 4 millones, que los reuní entre mi trabajo y lo que presté. Fue mucho dinero el que se invirtió».
Su oportunidad en el fútbol profesional: «Mientras vendía periódico, salió la opción de ir a jugar a la Sociedad Deportiva Aucas. Allí inició mi carrera en el fútbol. Luego pasé a Macará, al Espoli, Después a un par de equipos de segunda: Pelileo y el JIT (Juventud Independiente Tabacundo). Y en el 2017 fui a Nacional».
Su experiencia con el Nacional: «Jugué el repechaje de la Copa Libertadores frente al Atlético Tucumán. Empatamos de visitantes y perdimos 0-1 en casa. Iba a renovar con Nacional y a jugar la Sudamericana este año».
Su caída: «Jugamos el último partido frente a Emelec. Y en vacaciones, tuve que ir a la Federación. Me dijeron, o dice la verdad o pone su defensa. Me suspendieron por 6 meses, por haber aceptado la culpa. Desde ese momento, mi teléfono no paró de sonar. Eso fue tendencia en las redes sociales. Lo menos grave es que ni me bajé la edad ni me cambié el nombre. Fue una travesía muy grande, llegar hasta donde llegué”.
Tocando nuevas puertas: «Madrugo en las mañanas a trotar, porque no quiero perder la forma. Fui al Cali y me dijeron que ya estaban completos. Y en América, conversé con el ‘Polilla’ Da Silva y al segundo día, entré y me sacaron. Espero una oportunidad donde salga. Sé que este tema con el Nacional me puede cerrar muchas puertas, pero también me las puede abrir».